|
Logo con el Día Mundial de la Parálisis Cerebral |
El bosque sería muy triste si sólo
cantaran los pájaros que mejor lo hacen.
Rabindranath
Tagore
A propósito del Día Mundial de la Parálisis
Cerebral, y en lo que atañe al objetivo principal de esta bitácora, deseo comentar una serie de cuestiones.
El Día Mundial de la Parálisis Cerebral se
celebra en España desde el año 2011 los primeros miércoles de octubre, por lo
tanto, esta es la quinta vez que se lleva a cabo tal evento con diversas
actividades para dar a conocer el mundo de la parálisis cerebral, sensibilizar
a la sociedad y poner en común la problemática de los propios afectados y de
sus familiares. He reflejado en este blog las celebraciones de todas las
actividades de años anteriores, sobre todo los congresos nacionales que se celebran coincidiendo con la efeméride, y he hecho lo que, modestamente, podía hacer para dar impulso
a estos objetivos mediante la publicidad que era capaz de llevar a cabo.
Sin embargo, llama la atención, sobre todo a
los que somos partidarios de la educación inclusiva, que en ninguno de los
programas de estos cinco años haya tenido el lugar que se merece las
experiencias de la comunidad educativa que vive la educación inclusiva, o al
menos lo intenta, como forma de desarrollo de las personas con parálisis
cerebral. Pienso firmemente que la mejor forma de iniciar, desarrollar y elevar
al máximo tanto la autonomía personal como la vida independiente es transitar
por el camino de la inclusión escolar, preludio y condición de una inclusión
social que, en muchos casos, desgraciadamente, no se produce. Posiblemente esta circunstancia solo sea el reflejo de la realidad de la inclusión educativa en España.
Por todo esto, desde mi experiencia personal,
mi trabajo, mis investigaciones y, sobre todo, mi determinación y mi compromiso
con la construcción de una sociedad inclusiva, sociedad que solo es posible
modificando la actual, que con la excusa de la crisis económica se ha visto
desprovista de la equidad más elemental, compruebo con desaliento que nada ha
mejorado, todo lo contrario.
A continuación esbozo una serie de vicios,
palos en las ruedas y pretextos para que la educación inclusiva, que aunque yo
concreto en el caso que nos ocupa, puede extenderse con pocas variaciones a
otros campos, haya retrocedido en todos los aspectos. Basta mirar las noticias
en los diferentes medios para comprobarlo.
- Existencia y persistencia de una dualidad
perfectamente estanca entre sistema educativo ordinario y especial.
- La generalización de las ayudas como pretexto
para agrupar a los alumnos con determinada diversidad en centros determinados. En realidad
con esta medida asistimos a una segregación encubierta.
- Sigue sin cambiarse el modelo de formación en
ejercicio de los profesores. No se garantiza que esta sea la adecuada cuando en
ningún momento se ofertan los cursos para el puesto que desempeña el profesor
en ese momento.
- Es innegable que tanto los elementos personales
como materiales destinados a apoyar a la diversidad cada día son menos.
- En los centros que escolarizan alumnos con
parálisis cerebral o con otra diversidad funcional motora es evidente que
faltan fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, auxiliares
educativos, monitores deportivos y profesores de apoyo para el área de la
educación física y, sobre todo, falta organización colaborativa con profesionales e instituciones que atienden a los alumnos en otros campos que inciden en su desarrollo como persona y que determinan su faceta educativa y, por tanto, su proyecto de vida.
- Los centros de recursos no aprovechan la
experiencia y el material de los centros específicos, algo incomprensible
cuando se nos esgrime hasta la saciedad la necesidad de optimizar y
racionalizar los recursos.
En resumen: hay respuestas científicas y
técnicas para una mejor atención educativa, falta voluntad para que esta tenga
un sesgo inclusivo y, en ocasiones, nos olvidamos que el objetivo es conseguir
que las personas conquisten día a día las mayores cotas de autonomía posible,
eso las hará sentirse más plenas, más personas, menos dependientes. Y esto solo
se consigue desde la inclusión. Si empezamos por no practicar la educación
inclusiva acabamos propiciando la exclusión social. Es así de simple y es así
de claro.