Corte cerebro humano |
Hay distintos
tipos de memoria y, por lo tanto, varias definiciones. Para el cometido de este
artículo, no nos interesa, por ahora, la memoria
a largo plazo; por eso no nos referiremos a ninguna de sus clases, si bien
la denominada memoria procedimental
es especialmente atractiva para su estudio en el caso que nos ocupa, ya que se
refiere a procedimientos y estrategias que implica a las habilidades motoras
aprendidas que nunca se olvidan (nadar, montar en bici, tocar un instrumento
musical…).
Nos interesa
especialmente la memoria a corto plazo,
sobre todo aquella que se emplea cuando estamos adquiriendo alguna destreza o
aprendizaje y que se suele llamar memoria
de trabajo o memoria operativa.
Los fallos
perceptivos nos hacen recordar también la importancia de la llamada memoria sensorial. La podemos definir como
un proceso por el que se retiene información auditiva, gustativa, sensorial,
visual táctil u olfativa. La memoria sensorial icónica o memoria visual, consiste en la capacidad
de recordar objetos y detalles de un hecho o de las características visuales de
determinado contexto. Conlleva procesos que permiten interpretar y analizar lo
sucedido. La memoria sensorial háptica
o memorial táctil, es aquella que se
activa mediante los estímulos que recibe la piel. Se acciona conjuntamente con
los músculos, articulaciones y tendones. La memoria
sensorial ecoica o memoria auditiva,
es la que se activa, discrimina y reconoce los sonidos. Además, esta memoria es
imprescindible para la comprensión del lenguaje.
Una vez hecho
este sucinto repaso de los tipos de memoria podemos reparar en su importancia
en el aprendizaje. Podemos centrarnos en el de la lecto-escritura.
Hay alguna
literatura relacionada con estudios de las capacidades básicas para la
cognición como son la atención y la memoria, necesarias para el aprendizaje y
que son definitivas en los alumnos con parálisis cerebral. Está aceptado que
los niños con parálisis cerebral presentan con frecuencia problemas de atención
y memoria, sin embargo uno de los pocos estudios (McDonough y Cohen, 1982,
citados por Puyuelo, 1995) sobre la atención voluntaria demostró que, respecto
a la focalización y sostenimiento, entre los niños de entre nueve y dieciséis
meses con y sin parálisis cerebral no había diferencia. Según Pueyo (2001), el
estudio del rendimiento cognitivo de las personas con parálisis cerebral se ha
centrado básicamente en sujetos con hemiplejía. Katz y otr. (1998) encontraron
una alteración en la atención que afecta a los sujetos con el hemisferio
derecho lesionado aunque también a aquellos con lesión izquierda si la tarea es
de mayor complejidad en los sujetos hemipléjicos. Mi experiencia con un número
de sujetos mayor y más variado que alguno de estos estudios me dice que la
atención y la memoria, en rasgos generales, se ven afectados por los fallos
perceptivos y por la menor tolerancia a la fatiga de los alumnos con parálisis
cerebral.
Algunos
autores, según Martín-Caro (1993) como Boones (1972, Cruickshank, Hallahan y
Bice (1976), informan que muchos niños paralíticos cerebrales y con otros daños
cerebrales se distraen fácilmente y muestran déficit en la atención visual
selectiva. También Fasler (1969), comparó el rendimiento de niños paralíticos
cerebrales y un grupo de control en tareas de memoria y atención en dos
condiciones: presentación auditiva a volumen normal y a volumen reducido,
encontrando que mientras los sujetos normales no variaban su rendimiento en las
dos condiciones, los paralíticos cerebrales mejoraban cuando se reducía el
volumen.
Laraway
(1.985), citado por Martín-Caro (1993), diseñó un estudio con la intención de
comparar las habilidades de atención selectiva en niños y jóvenes con y sin
parálisis cerebral en tareas de memoria a corto plazo con dos variables:
silencio y ruido blanco intermitente. Trabajó con dos grupos de 23 sujetos cada
uno de edades entre 5 y 21 años. Todos ellos pasaron una prueba de audición y
de inteligibilidad de su habla.
El potencial
de la memoria, casi siempre, depende de los recursos que se ponen en juego al
almacenar y procesar la información y si falla la atención, con toda seguridad,
fallará la memoria; aunque a veces, las causas de los fallos en la memoria son
otras. Ahora bien, afirman Montero, Calvo y Gracia, (1993) el trastorno
producido por la parálisis cerebral apareja la alteración de la creación de los
esquemas sensoriomotrices y las dificultades para el establecimiento de lo que
se conoce por permanencia del objeto.
Por otro lado,
hay tanta diferencia entre las personas con parálisis cerebral como en el resto
de la población. De cara a la enseñanza-aprendizaje de la lecto-escritura
deberíamos tener en cuenta, entre otros, los siguientes factores:
- La capacidad de atención y de sostenimiento de la
misma.
- La menor persistencia en la tarea y la
fatigabilidad.
- Los fallos perceptivos en la interpretación de
los estímulos visuales o auditivos. Esto es especialmente importante en la
lecto-escritura, así como los dos factores anteriores. Se hace imprescindible
determinar cuáles son los mejores canales para presentar esos estímulos.
- La memoria operativa o de trabajo es
especialmente importante en el aprendizaje de la lectura y en la comprensión
lectora por razones evidentes que no parece necesario explicar. También la poca
persistencia en el tiempo de la memoria sensorial influye en este y otros
aprendizajes.
Es conveniente
y muy necesario conocer las necesidades educativas de los alumnos con parálisis
cerebral y para eso es necesario, antes que nada, realizar una evaluación psicopedagógica
del alumno, determinar el nivel de competencia curricular y conocer el grado de
adquisición y singularidad del estado de las técnicas instrumentales y,
también, de las capacidades básicas para aprender como la atención y la
memoria, entre otras; además de los posibles problemas que en la comunicación
el alumno pueda presentar y de los trastornos asociados a la parálisis
cerebral, sobre todo aquellos que puedan derivar en fallos perceptivos.
Resumiendo.
En general, la
memoria se halla resentida en muchos de estos alumnos y da lugar a problemas de
aprendizaje. La memoria suele fallar a nivel:
-
Perceptivo-sensorial.
-
De memoria
motriz (referida al recuerdo de gestos o comportamientos motrices).
-
Memoria grafo-perceptiva.
-
Memoria motriz-manual.
-
Memoria verbal lógica.
-
Memoria a
corto plazo, memoria de trabajo y la memoria a largo plazo.
Para más
información:
MARTÍN BETANZOS, JAVIER (2011).-Parálisis cerebral y contexto escolar.
Necesidades educativas: del diagnóstico a la intervención. Madrid. Editorial
EOS. Colección: Fundamentos Psicopedagógicos.- ISBN 978-84-9727-398-5