Hace unos días leí en una bitácora portuguesa dedicada a la educación inclusiva, algunas opiniones sobre ésta que me confirman que hay una reacción a la inclusión de los alumnos con necesidades educativas especiales en más sitios que en España; es más, temo que sea un movimiento generalizado. Quizás, amparándose en la crisis económica, este movimiento encuentra el cobijo para lanzar sus ideas y, lo que es peor, actuar dificultando la verdadera inclusión de los alumnos con verdaderas necesidades educativas, esgrimiendo excusas como la excelencia en la educación o los resultados, y olvidándose completamente de la equidad y de la justicia. Además, una educación no puede ser buena, ni efectiva, ni de calidad si no tiene en cuenta a estos alumnos.
Este blog portugués criticaba a un autor que afirmaba –mi portugués no es demasiado bueno y espero transcribir fielmente lo que decía- que la educación basada en estar en la escuela todo el tiempo y en que ésta sea para todos es algo así como un tumor que hay que extirpar. Yo, la verdad, a los que piensan así, no los entiendo. Porque, paralelamente a estas reflexiones, hacen propuestas, según ellos, para mejorar la educación. Hemos de deducir, por tanto, que tener una buena educación pasa por excluir al diferente. Hay que tomar decisiones, establecer prioridades que, por lo visto, pasan por recluir a los alumnos en instituciones de educación especial, revertir todo el proceso de inclusión y volver a la segregación, segregación que, en muchos casos, terminaba en exclusión social. Esto no quiere decir, y así lo reconozco, que la inclusión sea posible en todos los casos, porque no lo es; hay unos alumnos que no pueden compartir currículo (aunque sea adaptado), ni motivaciones, ni intereses con sus compañeros y que cualquier forma de aprendizaje es difícil de conseguir para ellos. Pero cada caso es un caso único. Tampoco podemos criticar a la educación inclusiva, porque nunca se ha llevado a cabo de forma plena: la falta de profesorado, el déficit en la formación y la falta de recursos no la ha propiciado.
El proceso inclusivo es un proceso inacabado, en construcción, me atrevería a decir en continua construcción. Así que creo que lo único que hay que extirpar es el desgano y el desconocimiento.
4 comentarios:
Genial tus palabras al final:
Lo unico que hay que extirpar es el desgano y el desconocimiento!. Muy reales y sabias. Esperemos que las cosas mejoren y las mentalidades al respecto también
Gracias Kenia. Constato que hay malos vientos para la educación inclusiva o, al menos, esa es la impresión que tengo yo. O ¿cómo te explicas que en las bases de un Pacto de Estado por la educación se "olviden" de ella?. De todas maneras los profesionales de la educación, en este tema, no estamos muy "finos". Saludos para Cova.
Bona tarda!
En primer lugar nos gustaría presentarnos, somos un grupo de futuros maestros de educación especial de Tarragona que hemos decidido adentrarnos en el fabuloso mundo de los blogs.
capitacarpetavermella.blogspot.com
En segundo lugar nos gustaria abriros un pequeño debate relacionado con el tema.
¿Creeis oportuna la desaparición de la especialidad de educación especial después de la reforma del magisterio? ¿Favorece eso la formación de profesionales especializados?
Esperamos vuestra visita a nuestro nuevo blog, gracias!
Boa tarde!
Bienvenidos (tanto a los blogs como a la Educación Especial). Visité vuestro blog, pero tengo que hacerlo con más detenimiento.
Me parece interesante el debate que proponéis. Tengo entendido -creo que este asunto no está cerrado- que las especialidades del nuevo grado de Magisterio serán E. Infantil y E. Primaria y que en el tercer curso de esta especialidad, creo, se abrirían itinerarios, uno de los cuales sería el de E. Especial. Si es así, no me parece que sea una mejora, sino todo lo contrario. No dispongo de más información sobre el tema. En el caso de que vosotros dispusiérais de ella os agradecería que me la hiciérais llegar.
Saludos desde A Coruña
Publicar un comentario