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La inteligencia
emocional en niños y jóvenes con necesidades educativas especiales de tipo
intelectual es un artículo que publica la Revista Española de Discapacidad (9 (2),
pp. 119-134. Garrote, D. et al. (2021). La inteligencia emocional en niños y
jóvenes con necesidades educativas especiales de tipo intelectual).
Es
una revisión sistemática sobre la inteligencia emocional y las personas con
necesidades especiales de tipo intelectual. En él se describe los diferentes
modelos teóricos y su implicación educativa. Se reivindica necesidad del
tratamiento y desarrollo de la inteligencia emocional en cualquier entidad
educativa y aula, a consecuencia de los beneficios por los aspectos positivos
que tiene. Podemos leer en el artículo que además de la inteligencia, han de
tenerse en cuenta otros aspectos como la afectividad y la personalidad, para
poder valorar y trabajar adecuadamente la capacidad de adaptación de los
individuos, manteniendo que la inteligencia tiene, del mismo modo, una estrecha
relación con las emociones.
La evolución de la Educación Especial, por su parte, ha dependido
de la manera de conceptuar las diferentes administraciones a las personas que
requieren de este tipo de educación; donde ha pasado de atenderse a sujetos
denominados como retrasados y retrasadas, desde un modelo de déficit, al modelo
de atención a la diversidad o de escuela inclusiva, con carácter más abierto. La
discapacidad intelectual hace hincapié, según Shalock (2009), en la expresión
de las limitaciones del funcionamiento individual dentro de un contexto social
y representa una desventaja sustancial para el sujeto. Este concepto evolucionó
desde un rasgo de la persona (déficit) a un fenómeno humano que tiene origen en
factores orgánicos y/o sociales.
Existen
dos grupos, según el artículo, en los modelos de inteligencia emocional: a) Los
modelos de habilidades, basados en el procesamiento de la información, que corresponden
a una visión funcionalista de las emociones y representan el uso que se hacen
de las mismas en diferentes situaciones y b) Los modelos mixtos, cuyos
principales autores han sido Goleman (1995) y Baron (1997), están compuestos por
los rasgos estables y la capacidad de automotivación de cada persona.
El
artículo afirma que los aspectos emocionales y afectivos reciben muy poca
atención en situaciones y ámbitos que acogen a personas con necesidades
especiales de tipo intelectual, además de los escasos estudios que se han
realizado con estas personas acerca de este campo del aprendizaje y la
situación emocional del individuo. Después de tener en cuenta estas cuestiones se
hace una revisión sistemática a través de las bases de datos Dialnet y Google Académico.
Después
de la revisión se destaca que:
1.-
Hay que introducir en las aulas programas relacionados con la educación
emocional y el desarrollo de la inteligencia emocional.
2.-
Hay que incorporar la inteligencia emocional y su desarrollo en las aulas para
alumnado con necesidades especiales de tipo intelectual, que se justifica por
los beneficios que puede ofrecer.
3.-
En los resultados obtenidos destaca una visible mejora en uno de los hándicaps
que presentan, como son las habilidades adaptativas, junto con el desarrollo de
habilidades pragmáticas.
4.-
Las instituciones educativas deberían incluir y potenciar la inteligencia
emocional como parte de la enseñanza de forma permanente (Álvarez et al., 2018;
Fiori y Vesely-Maillefer, 2018), y que esta es imprescindible para el
desarrollo integral de cualquier persona (Collantes, 2016). También se destaca
que las emociones constituyen un factor muy importante para las personas a las
que se dedica el estudio, pues potenciando su inteligencia emocional podrían
alcanzar un equilibrio emocional que favorecería su adaptación a su escenario
vital.
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