El estudio, aunque realizado en Cataluña, bien pudiera valer para el resto del Estado y sus conclusiones debieran servir para la reflexión y, tal vez, para la preocupación. Se puede pensar, a la vista de este estudio, que el estado del bienestar, a lo mejor, no es tal.
La federación APPS (Federación catalana pro-personas con discapacidad intelectual) y la Fundación Vodafone presentan el estudio Séneca sobre envejecimiento y discapacidad intelectual en Cataluña. Este estudio se inició en el año 2000 por un equipo multidisciplinar dirigido por el doctor Ramón Novell y ha estudiado la situación de cerca de 300 personas de más de 40 años con discapacidad intelectual leve o moderada desde el año 2000 hasta el 2008. APPS y la Fundación Vodafone, con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, han llevado a cabo el estudio SENECA, con el objetivo de conocer las necesidades de las personas con discapacidad intelectual cuando envejecen.
Según el informe SENECA, realizado por un equipo de psiquiatras, economistas y geógrafos, las personas con discapacidad intelectual envejecen prematuramente y, a excepción de las personas con síndrome de Down, este envejecimiento prematuro es resultado de la carencia de programas de promoción de la salud, del reducido acceso a los servicios sanitarios y de la escasa promoción de servicios sociales y sanitarios que garanticen su acceso.
Los resultados han confirmado la existencia de una salud precaria y procesos de envejecimiento prematuro que en muchos casos se asocian a demencias, problemas psiquiátricos y pérdida de capacidades cognitivas y habilidades sociales.
En la mayoría de habilidades para la vida diaria se observa un deterioro a partir de los 40 años de edad, que se vuelve importante a partir de los 60, sobre todo con respecto a las competencias relacionadas con las actividades al hogar, autodirección e independencia. Este deterioro es más prematuro en general que el observado en el resto de población.
Por lo que respecta al uso de los servicios asistenciales y sociales la media de contactos con los servicios sanitarios y sociales para toda la población estudiada es de 4,1 contactos por año, lo que hace que tengan menos acceso que la población en general que registra una media de6,6 visitas los hombres y 8,7 las mujeres.
Este estudio ha detectado los problemas de disponibilidad de apoyos en los Servicios de atención domiciliaria. Se constata también que no hay residencias para personas con discapacidad intelectual ligera o moderada y en las viviendas tuteladas, las ratios de personal son insuficientes.
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