La Revista
de Neurología (REV NEUROL 2019;69:512-513) publica el artículo Protocolo para la investigación etiológica
de la parálisis cerebral de L.
Lourenço, T. Campos, E. Rodrigues, R. Sousa, M. Guardiano y M. Leão.
Dado que la parálisis cerebral es una entidad
diagnóstica muy heterogénea en absoluto comparable a otras como tuberculosis,
apendicitis o esclerosis múltiple (en este caso hay varios tipos), pongamos por
caso, es conveniente hacer las oportunas precisiones.
Persona en silla de ruedas |
Hechas estas
precisiones abordemos el objeto de este artículo haciendo un resumen del mismo
(ustedes pueden acudir al artículo original en el enlace proporcionado).
La prevalencia
aproximada de la parálisis cerebral es de dos casos por cada 1.000 nacimientos
vivos.
A pesar de la
mejora de la atención obstétrica, se ha estabilizado la incidencia de parálisis
cerebral en recién nacidos a término y en prematuros tardíos.
Se puede
establecer un diagnóstico a los 5 meses de edad corregida, aunque la edad media
al diagnóstico es de 18-24 meses.
Las pistas que
nos pueden llevar a un diagnóstico temprano son movimientos irregulares
inusuales u otras anomalías motoras, ya sea asimetría o escasez de movimiento,
anomalías del tono muscular, desarrollo motor anormal y dificultades en la
deglución. La demora en la desaparición o la exageración de un reflejo motor también
debe ser una señal de alerta.
Los hitos en
el desarrollo motor también es una importante fuente de que algo va mal.
La resonancia
magnética es la técnica de imagen usada para confirmar anomalías, las cuales se
dan en aproximadamente el 90% de niños con parálisis cerebral: lesión en la sustancia blanca, con mayor frecuencia en bebés prematuros
(45%), lesión en los ganglios basales (13%) o infartos focales (7%).
Los autores
proponen el siguiente protocolo para investigar la eiolagía de esta condición
estable, término preferido al de enfermedad:
-Historia clínica detallada, antecedentes familiares
y examen físico completo.
-Ecografía transfontanelar (si está abierta la
fontanela anterior), seguida de resonancia magnética cerebral en el momento
clínicamente apropiado.
-Confirmación del cribado metabólico neonatal.
-Análisis metabólico adicional dirigido a causas
tratables.
-Hibridación genómica comparativa de matrices en
casos de parálisis cerebral sin etiología definida.
-Secuenciación exómica completa en casos no
aclarados por estudios previos.