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martes, 21 de enero de 2014

Aprendizaje de las habilidades matemáticas. Aportaciones desde la neurociencia



La Revista de Neurología en su Volumen 58  Núm. 2 ha publicado el artículo Aportaciones de la neurociencia al aprendizaje de las habilidades numéricas de María Gracia-Bafalluy y Elena Escolano-Pérez, cuyo objetivo es revisar y recapitular los principales conocimientos aportados por las técnicas de neuroimagen al campo del aprendizaje de las habilidades numéricas, sus dificultades y su intervención en el ámbito educativo.
Dibujo de cabeza humana con engranajes y operaciones matemáticas
La neurociencia se fundamenta en gran parte en el hecho de que la experiencia puede provocar modificaciones en el cerebro a lo largo de la vida de la persona. Parece ser que hay ciertas disfunciones en determinadas áreas cerebrales que pueden afectar de forma negativa al aprendizaje, ya que es una forma de experiencia más. Dada esta estrecha relación entre educación y cerebro, es importante estudiar cómo es esta relación.
En el campo de las matemáticas, en la última década ha ido aumentando la investigación sobre el desarrollo infantil y el rendimiento numérico en adultos pues, según las autoras, tanto el rendimiento numérico normal como sus trastornos se adquieren en la infancia, y éstos, de no tratarse, perduran. Pese al avance producido en los últimos años en las técnicas de neuroimagen que han permitido el estudio exhaustivo del cerebro, los nuevos datos aún no han tenido una aplicación importante en el ámbito educativo.
También las autoras afirman que al participar diversas funciones cognitivas en las tareas matemáticas, se requiere la activación de diversas áreas del cerebro y circuitos neuronales que se van redefiniendo durante toda la vida.
Para que el rendimiento en los casos de dificultades en el área de las matemáticas sea mayor, se han propuesto intervenciones que incluyen cada vez más las aportaciones de la neurociencia para completar y orientar el conocimiento. Para las autoras, algunas de estas intervenciones son el programa Math Flash, dirigido a trabajar el déficit de combinación de números potenciando el uso de estrategias de autorregulación en tercero de educación primaria, o el Pirate Math, orientado a trabajar el cálculo aritmético y la comprobación de resultados mediante la resolución de problemas.
Otra cuestión, en la que he insistido en alguna ponencia es la llamada constante macabra [(2005) La constante macabra o cómo se ha desmotivado a muchos estudiantes de André Antibi, Editorial: El Rompecabezas]. ¿Qué es la constante macabra? Cuando el profesor consigue que sus estudiantes tengan unas notas excelentes en esta área es señalado con el dedo; considerado como poco serio, debido a la presión de la sociedad y de sus propios compañeros, porque para resultar creíbles tenemos que pensar, como si se tratara de un principio indiscutible, que las matemáticas son muy difíciles y gran número de alumnos tienen que sacar malas notas en esta área, como corresponde. Esta cuestión la he introducido aquí porque coinciden las autoras en que conviene ayudar a desarrollar una actitud positiva hacia las tareas numéricas y evitar asociarlas a sentimientos de ansiedad.
Otra actitud criticable de la escuela tradicional es que no ha fomentado la experimentación en fases tempranas del desarrollo y ha identificado habilidades cognitivas con habilidades escolares. Los programas educativos deberían fortalecer la relación entre los hechos aritméticos y el significado de sus componentes. Se han demostrado que hay mejores resultados en el rendimiento numérico cuando se produce un aprendizaje significativo, es decir, se va desde los conceptos concretos y poco a poco hacer la transición hacia la asociación con los conceptos abstractos.
Por otra parte,  el aprendizaje debería realizarse en diferentes contextos para fomentar su transferencia y contemplar otros aspectos cognitivos como la memoria de trabajo, la atención o la metacognición.
Recomiendan las autoras del estudio establecer el desarrollo de habilidades cognitivas concretas, intervenir en grupos con rendimiento bajo en matemáticas, y prevenir factores de riesgo.
También opinan que en el futuro debe extenderse el uso de las técnicas de neuroimagen en la explicación del proceso de aprendizaje y detección de las áreas que, de no activarse correctamente, pueden derivar en trastornos de las matemáticas y tener claro que en último término, la investigación con técnicas de neuroimagen debe favorecer el desarrollo de programas orientados al aprendizaje de las matemáticas en el contexto educativo.

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