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lunes, 23 de diciembre de 2013

Palmiber y Enlaza: vehículo e interfaz para la autonomía y el desplazamiento en la parálisis cerebral



Foto de un niño usando Palmiber
Hoy traemos a esta bitácora el vehículo robótico Palmiber. Se trata algo así como un coche de juguete y que ha sido creado con el objetivo de promover el desarrollo del niño con parálisis cerebral a través de experiencias de movimiento, lo que le permite la exploración del entorno y vivir experiencias que de otra forma no tendría.  
En estas páginas hay numerosísimos ejemplos de lo que el autor piensa sobre el hecho de promover entornos inclusivos y proporcionar al niño experiencias vitales y de aprendizaje. La autonomía en el desplazamiento permite el desarrollo de las diferentes etapas por las que pasa el niño para su desarrollo cognitivo y afectivo-emocional. Es por lo que pensamos que innovaciones de este tipo no sólo “solucionan” problemas en el desplazamiento, sino que potencian un desarrollo más armónico de etapas e hitos de la persona con parálisis cerebral y permite, también, actividades causa-efecto y la posibilidad de acciones que alimenten nuevas situaciones de aprendizaje; el feedback que, en ocasiones, echan en falta educadores o familiares para dar sentido a estas situaciones.
El autor de esta novedad es Rafael Raya López que ha sido distinguido con el premio a la Mejor Tesis de Robótica de 2012 por el Comité Español de Automática, CEA. Este andaluz es  ingeniero en Electrónica y Automática Industrial e investigador en el Grupo de Bioingeniería del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La innovación consta de dos dispositivos: un vehículo robótico llamado Palmiber y una interfaz para su conducción, llamada Enlaza.
El vehículo dispone de varios niveles de funcionamiento para adaptarse al nivel cognitivo del niño, desde el modo Automático, en el que el vehículo toma el control, detectando y evitando obstáculos, hasta el modo de Guiado completo en el que el niño tiene el control total del vehículo.
Enlaza es un dispositivo que mide el movimiento de la cabeza del usuario y lo traduce en órdenes para conducir el vehículo o controlar el ordenador. Tiene una función que permite filtrar el efecto del movimiento involuntario para que este no afecte al control. Los usuarios que no pueden usar los dispositivos convencionales pueden hacerlo a través del movimiento de la cabeza.
Enlazando con lo que argumentábamos anteriormente conviene subrayar que la autonomía que consiga el niño ya sea con el juego o por el motivo y los medios que estén al alcance le vendrá muy bien a su desarrollo; ya decía Vigotsky que las funciones mentales superiores se adquieren y se desarrollan a través de la interacción social y el juego es un gran agente socializador. También decía el mismo autor que lo peor de una deficiencia física no son los trastornos biológicos que puede acarrear, sino el déficit social que produce, los problemas de integración en la sociedad y la incorporación a la cultura.
El retraso motor, en el paralítico cerebral, afecta a todo el aprendizaje, aprendizaje que, por otra parte, tiene lugar, en muchas ocasiones, en un entorno no adaptado. De ahí la importancia de proporcionar y propiciar en el niño oportunidades de interactuar con el medio, medio accesible, se entiende. Las oportunidades socializadoras, como decíamos más arriba, además de proporcionar nuevas experiencias para que desarrolle el lenguaje, le sirve al niño de feedback para los nuevos aprendizajes, y también para interiorizar los esquemas inter-psicológicos; paso previo para formar los esquemas intra-psicológicos o mentales del propio individuo. Podemos concluir que la consecución de hitos motores tiene consecuencias a nivel global.
El interés por el entorno es una función innata en el individuo, por tanto deberíamos ofrecer a la persona con parálisis cerebral la oportunidad de interactuar con él; si recordamos un poco nos daremos cuenta de que todos hemos aprendido así. Una buena intervención temprana que se precie debe contemplar esta cuestión por una parte; y por otra, las innovaciones tecnológicas deberían tener una fundamentación teórica que le dé una finalidad. Si no lo hacemos así todas estas innovaciones no irán más allá de ser meros cacharros; en este caso que nos ocupa parece que la idea es muy buena.
El vehículo Palmiber se encuentra en fase de transferencia tecnológica. Después del prototipo se diseñó posteriormente un producto preindustrial y en este momento hay empresas del sector interesadas en su producción. La interfaz Enlaza ha sido patentada y también se está en la fase de transferencia tecnológica.
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