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lunes, 19 de noviembre de 2012

Encender un puro con un billete

Bailarines del Psico-ballet de Maite León:http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/
 El estereotipo, la imagen o idea comúnmente aceptada e inamovible, de encender un puro con un billete sería la de un señor orondo, de traje y corbata y al que se le supone el dinero saliéndole por los bolsillos. Pero resulta que esta imagen o representación puede ser provocada por hechos o situaciones que yo nunca me hubiera imaginado.
En estos días se celebra en A Coruña el 50 aniversario de la fundación de ASPRONAGA (Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Galicia). Se están celebrando varios actos con este motivo y los medios de comunicación están recogiendo información sobre los eventos que se realizan, exposiciones, realizando entrevistas y todas esas cosas que suelen hacer los medios de comunicación. Pues bien el Ideal Gallego, un periódico de la ciudad, refiere en una entrevista con Martín Pou, persona que impulsó los orígenes de la asociación, que “cuando era director de la Confederación Española de Organizaciones en favor de Personas con Discapacidad Intelectual fuimos a visitar a un ministro de Educación y nos contestó que no gastaba ni un céntimo en estos niños porque era igual que encenderse un puro con un billete de 1.000 pesetas”; cuenta que, después, el ministro se arrepintió.
Esta anécdota, llamémosla así, me ha hecho reflexionar sobre billetes y sobre puros. Estamos asistiendo desde hace unos años al fortalecimiento y al bombardeo machacón de la idea de que hemos gastado lo que no teníamos. Estoy totalmente de acuerdo: hemos gastado lo que no teníamos, pero no en desarrollar la Ley de la Dependencia, en fomentar la educación inclusiva o en dotar de los recursos necesarios a los centros para que desarrollen su labor; lo hemos gastado en un aeropuerto sin aviones en Castellón, en un mausoleo pseudocultural que es la máxima expresión del vacío en Santiago, en construcciones megalómanas y caprichosas de Valencia o en otros derroches similares.
Mientras suceden los desahucios ayudamos a los bancos con miles de millones que tenemos que pagar con los recortes –eso que los políticos eufemísticamente llaman ajustes presupuestarios- en inversiones en sanidad o en educación y, también, en ayudas y servicios sociales.
Veo día a día deteriorarse la educación, hay menos profesores, hay más alumnos,  hay menos medios. En la época que vivimos, el siglo XXI, se sustrae la tecnología del currículo,  se disminuye la educación básica: el cuarto curso de la ESO ya no será tal, etc. Por otro lado, los países que mejor responden ante la crisis son los que mantienen o, incluso, aumentan la inversión en educación e investigación; pero aquí sólo sabemos invertir en ladrillo, debe ser una maldición o algo así; yo no lo entiendo.
Yo creo que todos los días, en España, estamos encendiendo puros con billetes, billetes de los contribuyentes, pero esos billetes encienden puros que se fuman otros. Mientras tanto la sensación de miseria y la falta de ilusión se derrama entre quienes lo que necesitan es, justamente, lo contrario. Después nos encontramos con los quintacolumnistas de turno que, para más inri, intentan convencernos de que tenemos que pagar loquedebemos y que tiene que haber educación para ricos y educación para pobres. Como dijo el poeta: siempre llueve en casa del pobre. ¿Pero es que tenemos que resignarnos con las goteras?

3 comentarios:

  1. me agrada mucho su blog, tiene cosas muy buenas.

    un gran saludo.

    margarita y eugenio.






    tesis de enfermeria

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  2. estimado javier, interesante articulo. gracias por compartir. mi sitio personal es https://finconsejo.es/
    para el interesado. Gracias!!!

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