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sábado, 3 de octubre de 2015

A propósito del Día Mundial de la Parálisis Cerebral

Logo con el Día Mundial de la Parálisis Cerebral




El bosque sería muy triste si sólo cantaran los pájaros que mejor lo hacen.
Rabindranath Tagore


A propósito del Día Mundial de la Parálisis Cerebral, y en lo que atañe al objetivo principal de esta bitácora, deseo comentar una serie de cuestiones.
El Día Mundial de la Parálisis Cerebral se celebra en España desde el año 2011 los primeros miércoles de octubre, por lo tanto, esta es la quinta vez que se lleva a cabo tal evento con diversas actividades para dar a conocer el mundo de la parálisis cerebral, sensibilizar a la sociedad y poner en común la problemática de los propios afectados y de sus familiares. He reflejado en este blog las celebraciones de todas las actividades de años anteriores, sobre todo los congresos nacionales que se celebran coincidiendo con la efeméride, y he hecho lo que, modestamente, podía hacer para dar impulso a estos objetivos mediante la publicidad que era capaz de llevar a cabo.
Sin embargo, llama la atención, sobre todo a los que somos partidarios de la educación inclusiva, que en ninguno de los programas de estos cinco años haya tenido el lugar que se merece las experiencias de la comunidad educativa que vive la educación inclusiva, o al menos lo intenta, como forma de desarrollo de las personas con parálisis cerebral. Pienso firmemente que la mejor forma de iniciar, desarrollar y elevar al máximo tanto la autonomía personal como la vida independiente es transitar por el camino de la inclusión escolar, preludio y condición de una inclusión social que, en muchos casos, desgraciadamente, no se produce. Posiblemente esta circunstancia solo sea el reflejo de la realidad de la inclusión educativa en España.
Por todo esto, desde mi experiencia personal, mi trabajo, mis investigaciones y, sobre todo, mi determinación y mi compromiso con la construcción de una sociedad inclusiva, sociedad que solo es posible modificando la actual, que con la excusa de la crisis económica se ha visto desprovista de la equidad más elemental, compruebo con desaliento que nada ha mejorado, todo lo contrario.
A continuación esbozo una serie de vicios, palos en las ruedas y pretextos para que la educación inclusiva, que aunque yo concreto en el caso que nos ocupa, puede extenderse con pocas variaciones a otros campos, haya retrocedido en todos los aspectos. Basta mirar las noticias en los diferentes medios para comprobarlo.
- Existencia y persistencia de una dualidad perfectamente estanca entre sistema educativo ordinario y especial.
- La generalización de las ayudas como pretexto para agrupar a los alumnos con determinada diversidad en centros determinados. En realidad con esta medida asistimos a una segregación encubierta.
- Sigue sin cambiarse el modelo de formación en ejercicio de los profesores. No se garantiza que esta sea la adecuada cuando en ningún momento se ofertan los cursos para el puesto que desempeña el profesor en ese momento.
- Es innegable que tanto los elementos personales como materiales destinados a apoyar a la diversidad cada día son menos.
- En los centros que escolarizan alumnos con parálisis cerebral o con otra diversidad funcional motora es evidente que faltan fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas, auxiliares educativos, monitores deportivos y profesores de apoyo para el área de la educación física y, sobre todo, falta organización colaborativa con profesionales e instituciones que atienden a los alumnos en otros campos que inciden en su desarrollo como persona y que determinan su faceta educativa y, por tanto, su proyecto de vida.
- Los centros de recursos no aprovechan la experiencia y el material de los centros específicos, algo incomprensible cuando se nos esgrime hasta la saciedad la necesidad de optimizar y racionalizar los recursos.
En resumen: hay respuestas científicas y técnicas para una mejor atención educativa, falta voluntad para que esta tenga un sesgo inclusivo y, en ocasiones, nos olvidamos que el objetivo es conseguir que las personas conquisten día a día las mayores cotas de autonomía posible, eso las hará sentirse más plenas, más personas, menos dependientes. Y esto solo se consigue desde la inclusión. Si empezamos por no practicar la educación inclusiva acabamos propiciando la exclusión social. Es así de simple y es así de claro.

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