Tablet con un trackball |
En la actualidad se ha incorporado a la escuela
una fuente de recursos basados en la tecnología de la información y
comunicación que añade un componente motivacional y, al mismo tiempo, una
solución a las necesidades de las personas con diversidad funcional motora, que
es nuestro caso.
Tablets, pizarras digitales, móviles y otros
materiales interactivos además de suponer una nueva perspectiva en el campo de
la educación presentan unas ventajas indudables en la atención a la diversidad.
Las tablets están teniendo un gran protagonismo
en la educación, quizás por la facilidad para acceder a contenidos (apps). La
Wikipedia define a la tablet o tableta de la siguiente manera: una tablet
(del inglés: tablet o tablet computer), es una computadora
portátil de mayor tamaño que un teléfono inteligente o una PDA, integrada en
una pantalla táctil (sencilla o multitáctil)
con la que se interactúa primariamente con los dedos o un estilete (pasivo o
activo), sin necesidad de teclado físico ni ratón. Estos últimos se ven
reemplazados por un teclado virtual y, en determinados modelos, por una
minitrackball integrada en uno de los bordes de la pantalla.
Esto supone tal revolución que hay algunos países
que se han propuesto eliminar en poco tiempo los libros de papel, ya que las
posibilidades de las tablets y otros dispositivos móviles son grandísimas.
Desde una tablet se puede buscar y seleccionar información, gestionar
documentos, utilizar aplicaciones educativas, reproducir música, implementar un
comunicador, hacer fotografías, grabar vídeos, tomar notas, leer (e-reader: libros
electrónicos), acceder a videojuegos educativos, etc.
La tablet puede contribuir a la modificación de
la metodología didáctica gracias a que la presentación de la información es
casi instantánea, hay una gran cantidad y variedad de información multimedia e
interactiva y, además, puede flexibilizar los contenidos curriculares fácilmente.
Debido a esto último resulta muy provechoso para la atención a la diversidad.
Pero ¿cómo un dispositivo con pantalla táctil
puede ser útil a una persona con parálisis cerebral o alguna otra discapacidad
motora? Vamos a centrarnos en la parálisis cerebral. La realidad de la
parálisis cerebral es una realidad polimórfica (si no hay dos alumnos iguales
tampoco hay dos alumnos con parálisis cerebral iguales) por lo que cabe
preguntarse si es apropiado e igual de efectivo el uso de la tablet por estas
personas.
Recordemos brevemente los tipos de parálisis
cerebral: espástica (caracterizada
por un tono muscular excesivo: los músculos tienden a estirarse y debilitarse y
se producen calambres y contracturas), discinética
(movimientos incontrolables, sacudidas), atáxica
(problemas de equilibro y falta de coordinación) y mixta (con características de más de un tipo). También cabría
preguntarse por su uso en el caso de las distrofias musculares (p. e. de
Duchenne) ¿En qué casos podemos usar la tablet y bajo que condiciones?
La pantalla de la tablet puede ser capacitativa (uso directo mediante
pulsación con los dedos, es la más frecuente) o resistiva (puede usarse con un lápiz o puntero, pero también permite
el uso con los dedos aunque necesita una mayor presión). Pongámonos en el caso,
y ese es el objeto de este artículo, en el que la persona no puede usar
directamente de modo manual la tablet debido a algunas de las características
que comentamos en el párrafo anterior. Aparte de las consideraciones anteriores
tampoco debemos olvidar el perfil cognitivo de la persona que la vaya a
utilizar y el grado de autonomía de que dispone para usar la tablet con la
conectividad disponible (cuanto más rango en la elección más se adecuará a las
características del sujeto). Dada la obviedad de la primera posibilidad pasemos
a evaluar la segunda.
Es muy fácil incorporar a la tableta el
periférico más adecuado a los alumnos (ratón convencional, trackball, joystick,
touch-pad, pulsador, etc.). Funcionaría como un ordenador de sobremesa y se podría
usar para escribir el teclado en pantalla o uno físico, según las preferencias
de cada cual y según lo que hayamos probado antes con resultados positivos. De esta
manera aprovechamos las ventajas de la tablet y minimizamos sus inconvenientes.
El uso de varillas sujetas a la mano también puede contemplarse, pero creo que,
en la mayoría de los casos, la otra solución es más potente.
En la imagen se puede ver una tablet a la que
se le ha acoplado un trackball con conector USB macho tipo estándar mediante
conector hembra y conector mini USB hacia la tablet. Funciona sin ningún
problema.
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