“La situación es límite, precarísima”. Así se
expresan los padres del colegio de Educación Especial Sant Cristòfol de Sagunto (Valencia).
Centenares de padres y madres de alumnos
participaron en la concentración convocada en el centro para mostrar su temor
de que el colegio se quede sin alumnos por las deudas que arrastra la Generalitat
valenciana, podemos leer en el diario El
País.
A unas tijeras negras se le sobrepone la señal de prohibido |
La deuda con la empresa que gestiona el comedor
es de 140.000 euros. La compañía que se hace cargo del transporte acaba de
cobrar el mes de septiembre. Hay otros centros en la comunidad valenciana que
están en parecida situación. Sin embargo, en esta comunidad tienen el lujo de
un aeropuerto sin aviones que, para más agravio, está mal diseñado.
También podemos leer en este diario lo que dice
una madre: “El colegio es un tesoro. Los profesionales se dejan la piel con los
niños, les sacan todo su potencial y están muy bien atendidos; por no hablar
del salvavidas que supone para las familias”. Aseveración que contrasta muchísimo
con lo que afirman algunos políticos de los profesores.
A muchas personas, perdonen la expresión, nos
hierve la sangre. Llevamos unos días así con lo ocurrido con el instituto Lluís Vives, también de Valencia. A
prebendas hirientes tenemos que oponer situaciones como éstas.
¡NO MÁS RECORTES EN EDUCACIÓN!
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