A veces, los lectores se acercan a esta bitácora buscando modelos de adaptaciones curriculares para alumnos discapacitados motóricos o, más concretamente, para alumnos con parálisis cerebral.
Este hecho denota preocupación, o al menos a mi me lo parece, por satisfacer las necesidades educativas de los alumnos. Además, las adaptaciones curriculares y las de acceso al propio currículo constituyen una de las más importantes estrategias en la intervención educativa en los alumnos con parálisis cerebral. Pero hay un error en algunas de estas actitudes, bienintencionadas sin duda; las adaptaciones curriculares tienen un carácter específico y son absolutamente individuales. No tienen sentido acudir a los modelos de adaptaciones. como una guía que hay que seguir o que nos ha de servir como elemento generador de adaptaciones válidas para cualquier alumno. Sin embargo hay sitios web o, incluso, editoriales que ofrecen estos modelos: es la propia negación de lo que es una adaptación curricular individualizada. No se pueden hacer adaptaciones como quien hace fotocopias, no hay dos alumnos iguales, con las mismas necesidades; como tampoco hay dos alumnos discapacitados motóricos iguales o dos alumnos iguales con parálisis cerebral. Si de verdad queremos trascender del mero trámite burocrático de las adaptaciones, no hagamos fotocopias, adaptemos de verdad.
La adaptación curricular es la modificación de uno o más elementos prescriptivos del currículo (objetivos, contenidos y/o criterios de evaluación) para atender las necesidades educativas de un alumno, ya sean por dificultades personales o por altas capacidades. Es una medida excepcional. Los objetivos a conseguir pueden pertenecer a otra etapa o ciclo distinto. No es un simple trámite burocrático para quedar bien.
Los alumnos con parálisis cerebral constituyen un grupo polimórfico. Así que hablar de adaptaciones curriculares para alumnos con parálisis cerebral es complicado. No tiene mucho sentido el establecer modelos de adaptaciones como prendas de ropa prêt à porter. Lo que si es conveniente y muy necesario es conocer las necesidades educativas de los alumnos con parálisis cerebral y para eso es preciso, antes que nada, realizar una evaluación psicopedagógica del alumno, determinar el nivel de competencia curricular y conocer el grado de adquisición y singularidad del estado de las técnicas instrumentales y, también, de las capacidades básicas para aprender como la atención y la memoria, entre otras; además de los posibles problemas que en la comunicación el alumno pueda presentar y de los trastornos asociados a la parálisis cerebral, sobre todo aquellos que puedan derivar en fallos perceptivos. Podemos atender, sobre todo, a la satisfacción de las necesidades educativas respecto de esas capacidades por un lado y, por otro, de las necesidades educativas en las áreas curriculares. Todo esto se debe tener en cuenta cuando se realizan adaptaciones curriculares a estos alumnos o del acceso al currículo.
He elaborado un pequeño documento con orientaciones para hacer una adaptación curricular para estos alumnos. No es un modelo de adaptación, sino un resumen de cuestiones importantes a tener en cuenta. Si quieres conocerlo haz clic aquí.