Cubierta del documento citado sobre lectura fácil |
La inaccesibilidad cognitiva restringe el desarrollo
con barreras para el aprendizaje y limitaciones más o menos visibles. Los
elementos que provocan estas restricciones pueden ser espacios, actividades,
personas, objetos, diseño del aprendizaje, actitudes de los miembros de la
comunidad educativa y las normas. En este periodo, quizás, estos elementos que
configuran la no accesibilidad son determinantes, aunque fuera de la escuela
también hay falta de accesibilidad cognitiva que coarta el desarrollo integral de las
personas.
Dado que la mayor parte del aprendizaje formal en
los centros educativos se desarrolla a través de la lectura, toma especial relevancia el acceso efectivo a la misma. Dentro
de este marco y el de la accesibilidad universal, considerada como un derecho
que toda la sociedad debe respetar e, incluso, fomentar, es donde debemos encuadrar el derecho a la información. De no ser el caso, las
personas con discapacidad intelectual y problemas de desarrollo estarían en
clara desventaja y la inclusión social no se produciría, por motivos obvios.
La lectura
fácil paliaría muchos de los problemas que se les presentan a estas
personas para su inclusión social. La gran amplitud en cuanto a capacidades que
definen a las personas se da también en el aprendizaje y dominio de la lectura.
Por eso, desde hace ya varias décadas, surgió en Europa la lectura fácil como
herramienta de comprensión lectora. En el enlace que facilitamos se recoge, en una visión rápida, los aspectos a tener en cuenta en la adaptación de textos a lectura fácil.
Se trata de que las personas a quienes pueden servir
esta herramienta comprendan lo que lee y, además, les incite a leer más ya que
pueden ser conscientes de su aprendizaje, del acceso a la información, del
disfrute que puede proporcionar la lectura y de la mejor comprensión del mundo
circundante.