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viernes, 11 de julio de 2008

Confundir la salvación con la iglesia

Identificar la igualdad de oportunidades y el acceso al conocimiento con la escolarización, decía Iván Illich, es confundir la salvación con la iglesia. Los aspectos formales y no-formales de la educación suscitan planteamientos polémicos en la profesionalización e/o institucionalización del hecho educativo. Ahora que acabó el curso es buen momento para el análisis de estas cuestiones.

“Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas herramientas y métodos físicos o mentales (en el aula o en el dormitorio), ni, finalmente, el intento de ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, dará por resultado la educación universal”

“Al alumno se le escolariza para confundir enseñanza con saber, promoción al curso siguiente con educación, diploma con competencia, y fluidez con capacidad para decir algo nuevo. A su imaginación se le escolariza para que acepte servicio en vez de valor” (1)

“La escuela parece estar eminentemente dotada para ser la Iglesia Universal de nuestra cultura en decadencia...

La escuela sirve eficazmente como generadora y sostén del mito social del progreso debido a que posee la estructura de un juego ritual de promociones graduales...

La escuela es un rito iniciatorio que introduce al neófito a la carrera sagrada del consumo progresivo...

El universitario titulado ha sido escolarizado para cumplir un servicio de reclutamiento entre los ricos de la tierra...” (2)

La escuela pierde terreno, el intento de modernizarla con nuevas herramientas (ordenador, Internet,….), dicen algunos, no la ha cambiado.

Otras confusiones o identificaciones son: niños = alumnos, profesor = sacerdote secular.

“La escuela se apropia del dinero, de los hombres y de la buena voluntad” decía Iván Illich y, sin embargo, se habla de fracaso más que nunca. “Con la escolaridad no se fomenta ni el saber ni la justicia porque los educadores insisten en aunar la instrucción y la certificación”.

Afortunadamente, algunos no nos dedicamos a enseñar, sino a aprender.

Todo esto lo decía el apóstol de la desescolarización hace más de treinta años, pero a mí hay cosas, no todas, que me parecen muy actuales. ¿Hará falta que se creen las redes de servicio para aprender fuera de la escuela que decía Iván Illich? El hablaba de redes de comunicaciones cuando Internet no existía. ¿Habrá que hacerle caso?


(1) (1974) La sociedad desescolarizada Barcelona: Barral

(2) (1971) Hacia el fin de la era escolar. Cuernavaca: CIDOC. Cuaderno 65

Para saber más